lunes, 23 de noviembre de 2015

Regalos que no deberiamos aceptar

REGALOS QUE NO DEBERIAMOS ACEPTAR…

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Muchas veces, en nuestra vida diaria, nos encontramos con personas que, por un motivo u otro, pretenden amargarnos el dìa o herir nuestros sentimientos, con palabras ofensivas, llenas de resentimiento y rencor. Es entonces, cuando deberiamos mantener la calma, y recordar la historia que  transcribo a continuación:

“El era un profesor comprometido y estricto, conocido tambièn por sus alumnos como un hombre justo y comprensivo. Al terminar la clase de fin de año, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercò uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
- Profesor, lo que me alegra de haber terminado la clase, es que no tendrè que escuchar màs sus tonterìas y podrè descansar  de ver su cara aburrida.
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado. El profesor mirò al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntò:
- ¿Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?.
El alumno quedò desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
- Por supuesto que no. -Contestò de nuevo en tono despectivo el muchacho-.
- Bueno, -prosiguiò el profesor- cuando alguien intenta ofenderme o me dice alguna cosa desagradable, me està ofreciendo “algo”. En tu caso, una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar.
- No entiendo a què se refiere. -dijo el alumno confundido-.
- Muy sencillo, -replicò el profesor-. Tù me estàs ofreciendo rabia y desprecio y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estarè aceptando tu regalo. Y yo, mi amigo, en verdad, prefiero obsequiarme mi propia serenidad.
Muchacho!. -concluyò el profesor siempre en tono gentil- La vida nos da  la libertad de amargarnos o de ser felices. “Tu rabia pasarà, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que tù llevas en tu corazòn, pero de mì depende lo que yo cargo en el mìo.” 

Como conclusión que podemos sacar de esta interesante historia, se puede decir que:
Nadie tiene la oportunidad de hacernos sentir mal sin nuestro permiso. Cuando alguien nos muestra agresividad, està en nuestras manos recibirla o, simplemente, dejarla correr.
Cada dìa, en todo momento, somos ùnicamente nosotros quienes decidimos què clase de emociones o sentimientos queremos poner dentro nuestro; y aquello que elegimos lo conservaremos mientras no decidamos cambiarlo, porque es tan grande la libertad que nos brinda la vida, que hasta tenemos la posibilidad de elegir entre amargarnos o ser felices.
La llave de nuestras emociones siempre estuvo y estarà en cada uno de nosotros, entonces, aprendamos a usarla con discreción y sabiduría

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